Otro tema importante que puede ser desconocido para algunas mujeres pero muy conocido por otras por sus síntomas es el VAGINISMO, que no es otra cosa que la “Dificultad recurrente o persistente de la mujer para permitir la entrada del pene, un dedo y/o cualquier objeto en la vagina, a pesar de su deseo de hacerlo, con frecuencia acompañado de evitación y miedo al dolor, debido a un espasmo involuntario en el 1/3 externo de la vagina”.
Se cree que la tensión o aumento de tono de los músculos del suelo pélvico (MSP) en reposo implica que están débiles y funcionaría como un mecanismo de defensa inconsciente para evitar el peligro que implica la penetración.
El vaginismo puede ser primario, si constituye un problema de mucho tiempo por el cual la mujer nunca ha sido capaz de experimentar la entrada del pene en la vagina, o secundario, si ocurre tras un periodo de funcionamiento sexual normal.
También puede ser total, si evita la penetración, o parcial, si la hace difícil, pero no imposible. Con frecuencia, las mujeres disfrutan de la actividad sexual extra vaginal y son orgásmicas a pesar del vaginismo, dado que la libido y la capacidad de excitación sexual pueden ser normales al igual que la lubricación.
Estas mujeres sufren en silencio en un ambiente cultural que asocia sexualidad y penetración y tardan varios años en consultar a un profesional. El espasmo muscular característico del vaginismo produce dolor al intentar la penetración, convirtiéndose en causa de dispareunia, lo cual dificulta e incluso impide el coito.
Recordemos que la dispareunia es una “disfunción sexual que se manifiesta como dolor vaginal experimentado justo antes, durante o después de la penetración sexual” y puede ser superficial o profunda en función de la localización de los síntomas.
(Lee aquí nuestro artículo sobre las causas, tratamientos y demás de la Dispareunia)
En cuanto a qué tan común es esta patología, se sabe que el vaginismo se presenta entre menos del 1% y el 6% de la población general y es el tercer motivo más frecuente en la consulta de un sexólogo.
Una educación sexual estricta o con valores morales y religiosos arraigados, antecedentes de abuso sexual, mala imagen corporal, baja autoestima, desconocimiento del funcionamiento del propio cuerpo y anatomía genital, miedo al embarazo, temor a contraer una enfermedad de transmisión sexual, falta de estrógenos o la presencia de una cicatriz genital que pudo quedar como consecuencia de un parto traumático, son factores de riesgo para desarrollar vaginismo.
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN
El Vaginismo al ser una disfunción sexual puede tener causas orgánicas pero también psicológicas. Es así como el diagnóstico médico y pronóstico debe hacerse basándose en tres variables:
- Intensidad de la actitud fóbica (leve, moderada, severa) hacia la penetración.
- Intensidad de la hipertonía de los músculos del suelo pélvico.
- Problemas personales, relacionales o psicosexuales coexistentes.
TRATAMIENTO
- Incluye terapia psicológica para encontrar los motivos psíquicos y emocionales por los que esa persona asocia el sexo con una experiencia negativa.
- El tratamiento médico incluye el uso de agentes tópicos u orales, que generalmente son anestésicos, analgésicos, relajantes musculares y/o antiinflamatorios.
- En cuanto a la fisioterapia, se debe en primer lugar explicar a la paciente la anatomía de la vagina y el funcionamiento de los músculos que están provocando el síntoma y se realiza desensibilización progresiva con dilatadores, lo que permite ir adaptando de forma progresiva la sensibilidad ante la penetración, la estimulación eléctrica (disminución en dolor y función sexual), biofeedback Electromiográfico con objetivo que la paciente aprenda a relajar los músculos hipertónicos, la terapia manual (liberación miofascial, masaje), el ejercicio terapéutico (incluyendo programas domiciliarios), y para mejorar su debilidad muscular, trabajar fuerza y resistencia de los músculos del piso pélvico.
Finalmente cabe resaltar que el éxito del tratamiento siempre es buscar ayuda por parte de un profesional, informarnos e identificar las causas fundamentales que pudieron dar origen a este tipo de patología.
Artículo escrito por nuestra especialista Sandra Milena Carreño Mantilla, fisioterapeuta de la Universidad del Rosario, Especialista en Gerencia de Servicios de Salud y Máster de Fisioterapia en Pelviperineología.
Ha realizado múltiples estudios con enfoque en el área pelviperineal en adultos y adultos mayores tanto a nivel de promoción, prevención y reeducación; manejando técnicas y tecnologías innovadoras en este campo.
Fuentes de consulta:
- Actualización: Vaginismo. Catalina Brosens, Sergio Terrasa y Elsa Astolfi. EVIDENCIA – Actualización en la Práctica Ambulatoria – Julio/Septiembre 2009. Vol 12 No3.
- Trabajo Fin de Grado. Grado en Fisioterapia. Fisioterapia en el tratamiento del vaginismo. Carla Villanustre Loureiro. Junio 2016.
- Trastornos del dolor sexual femenino: una revisión de su definición, etiología y prevalencia. MéD UIS. 2015;28(3):267-72. Yuneidy Alejandra Becerra-Alfonso